Conversamos con la autora sobre feminismo, el desarrollo de su trabajo en pandemia y la protección de sus derechos intelectuales.
Elo Vit (31), cantautora originaria de Ciudad de México, recuerda sus primeros años en la música y cómo hubo una frase que se repitió en más de una ocasión: “tú no vas a poder hacerlo sola”. Esas voces le decían que ella era “la cara bonita” y quien “cantaba y componía”, y que para ser exitosa necesitaba de un productor, un ingeniero o un hombre que la ayudara.
“Me lo creí y estuve con esa idea una temporada, de que no podía andar bien sola dentro de la industria musical, que debía tener a alguien que me acompañara, y quien me dijo esto fue un hombre”, reflexiona. Sin embargo, Eloísa Gómez Vital -su nombre de pila- se dio cuenta de que ella sí podía impulsar su carrera ella sola y sin la necesidad de un hombre al lado, y así ha pavimentado un promisorio camino en la escena musical de su país.
Su propuesta oscila entre la música tradicional mexicana, latinoamericana y el rock, y a la fecha ha lanzado siete sencillos, un EP y alista el lanzamiento de su primer larga duración para mediados de este año. En conversación con Alcam, la cantautora reflexiona sobre la importancia de que las mujeres sepan que pueden llevar la dirección de su carrera y que no caigan en el “error de escuchar a la gente” cuando dan sus primeros pasos.
“Lo mejor que tú puedes hacer, sobre todo como mujer en la industria musical, es saber cómo está la situación, porque hay mucha gente que te puede engañar (…) Te puedes topar con gente chida o con personas que te engañan, siempre hay que tener cuidado, hay contratos engañosos. Por eso lo mejor es aprenderte tú sola el camino”, dice.
Eso sí su camino no lo ha forjado sola del todo: Amérika Moreschi, una amiga a quien estima mucho, ha trabajado con ella como manager y es quien la ayuda en la gestión de sus presentaciones en vivo y de sus redes sociales. “Con ella hemos trabajado juntas y hemos ido aprendiendo en los últimos dos años sobre cómo está la situación en la industria musical: yo le he enseñado cosas a ella y ella me ha enseñado cosas a mí, y ha sido una de las mejores relaciones de trabajo que he tenido”, indica.
¿Qué dificultades crees que enfrentan las mujeres en la industria musical? ¿Has vivido episodios de discriminación durante tu carrera?
Sé que otras mujeres han vivido situaciones incómodas, en que sus productores o managers, que son hombres, les piden que tengan una relación de pareja con ellos para que las gestionen, cosa que se me hace muy baja de parte de ellos; que les pidan a las artistas que ofrezcan su cuerpo para que las ayuden. Eso a mí no me ha tocado, pero a amigas sí.
Es algo que tenemos que denunciar, que una no se tiene que quedar callada cuando pasen estas cosas, y no está bien que a las fechas siga pasando. A mí no me ha pasado, pero yo levanto la voz en nombre de amigas que lo han denunciado.
Eloísa ha hecho del feminismo una bandera en el desarrollo de su carrera, que lleva casi 16 años. De hecho, el mayor éxito de su repertorio se llama “La Diabla”, tema que lanzó hace 2 años y que habla sobre las críticas y condenas constantes que reciben las mujeres. La cantautora relanzó una nueva versión del tema hace algunas semanas en clave de electro cumbia con sus compatriotas de Las Luz y Fuerza.
Según dice, la canción: “Tenía esta inquietud de expresar lo que muchas mujeres hemos escuchado a lo largo de nuestras vidas (…) Hemos escuchado cosas como que para vender más tenemos que enseñar más la pierna, que hay que quedarse calladas o que hay que pintarse más los labios porque es lo único que va a vender. Toda la serie de cosas que las mujeres hemos escuchado de una sociedad patriarcal”.
“La Diabla es un arquetipo que todo el mundo juzga, que dicen ‘debe ser una libertina o una mujerzuela’ y no, la diabla es una mujer guerrera, que lucha por sus derechos, que nunca se queda callada y es una personificación del feminismo y de la libertad, agrega.
¿Cómo has gestionado la protección de los derechos de autor de tus creaciones?
–Sé que este tema es muy extenso, a mí me falta mucho por aprender porque hay muchos tipos de derechos: patrimoniales, están los derechos sobre los fonogramas, los derechos sobre el máster… Sin embargo, sé que los únicos derechos que a mí me corresponden de por vida y que son muy importantes, esos los tengo que proteger y eso lo hago a través del Instituto de Derecho de Autor aquí en México, y antes de grabar o lanzar alguna canción o disco registro el material. Por desgracia en la pandemia esta institución se ha visto en dificultades para seguir tramitándolo de forma normal, antes tu tenías que ir a sus oficinas y hacer el registro con ellos físicamente, pero ahora han tenido que hacerlo en línea y ha sido un poco desastroso, porque tienen miles de solicitudes al día y me imagino que ha sido difícil para ellos. Entonces esta situación de la pandemia nos ha dificultado a muchas personas para registrar nuestra música en tiempo y forma, se tarda más de lo esperado, se pueden tardar 2 o 3 meses en dar apenas la constancia, que tiene respaldo legal en caso de cualquier cosa.
¿Cómo ha sido desarrollar y mantener tu carrera durante la pandemia?
La pandemia sí nos golpeó muchísimo a todos los artistas, sobre todo a los que vivimos en México, porque de por sí la situación en cuanto al apoyo del arte nunca ha sido muy visibilizado, y más con la pandemia. Tuve que cancelar muchos conciertos y tuve que adaptarme a las nuevas tecnologías: equiparte con plataformas, con cámaras, con equipo, y herramientas que tenías que adquirir para realizar bien tu trabajo y que fuera de calidad. Afortunadamente he podido hacerlo bien.
Lo que sí encontré beneficioso es que tuve tiempo para grabar, para aprender a producir mi propia música, porque en los primeros meses que no podíamos salir tuve que aprender a grabar, mezclar y masterizar mis propias canciones. Creo que (la pandemia) me ayudó y me enseñó que podía hacer las cosas por mi propia cuenta. De por sí a mí siempre me ha gustado dirigir mis propias grabaciones y producir mi propia música. Esto fortaleció mi confianza para crear mi propio trabajo por mi propia mano.
¿Qué nos puedes contar de tu paso por la Academia de la Sociedad de Autores y Compositores de México? ¿Cuáles fueron los retos y enseñanzas que viviste ahí?
Mi paso por el taller de composición de SACM fue una experiencia maravillosa que nunca voy a olvidar. Yo la verdad nunca creí que fuera a estudiar ahí, porque hace muchos años cuando estaba en la preparatoria recuerdo que el taller de composición estaba recién inaugurado, y traté de enviar mi música para estar ahí pero nunca tuve la oportunidad, quizás porque no sabía cómo hacer bien el trámite. Entonces se quedó como un sueño de preparatoria. Luego terminé la preparatoria, entré a la universidad y estudié Ciencias de la Comunicación en la UNAM, y cuando trabajaba en la radio (de la universidad) llegó la oportunidad de hacer una audición par SACM. Y me di cuenta de que las cosas en su momento y que cuando algo es tuyo va a llegar a ti en el momento que sea preciso.
Me quedé en esa escuela, en la cuarta generación y fui muy feliz, conocí a personas maravillosas y muy talentosas, con quienes tengo una amistad muy chida. Ahí me di cuenta de que lo que componía estaba mal hecho (risas) y me brindaron las herramientas para hacer canciones mejores. El reto que yo viví ahí fue enfrentarme a mí misma, quitarme el ego y ser muy humilde conmigo. Las enseñanzas fue el hecho de componer canciones que fueran más balanceadas, que llegaran más al público, bien escritas y que tuvieran un mensaje conciso.
Eloísa cuenta que en los próximos meses seguirá grabando un nuevo disco de estudio, inspirado en la música tradicional mexicana, y espera lanzarlo en mayo o junio de este 2021. También tiene contemplado el lanzamiento de nuevos sencillos para este año, y espera volver a ofrecer conciertos en vivo y en directo. “Sentir la música en vivo es una de las mejores cosas que uno puede experimentar en esta vida”, cierra.
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