Vivir Quintana: “La violencia contra las mujeres ha sido una enfermedad más grande que la pandemia”

 

“A cada minuto, de cada semana / Nos roban amigas, nos matan hermanas / Destrozan sus cuerpos, los desaparecen / No olvide sus nombres, por favor, señor presidente”: esos son algunos de los versos que entona la cantautora mexicana Vivir Quintana en “Canción sin miedo”, pieza que estrenó en marzo de 2020 y que a la fecha se ha convertido en un himno feminista que ha traspasado las fronteras y ha resonado en numerosos países de Latinoamérica y Europa.
El tema nació de una colaboración con la chilena Mon Laferte y el colectivo de cantoras mexicano El Palomar, y según cuenta Vivir, se inspiró en “lo que pasa todos los días”, en alusión a los numerosos feminicidios y altos índices de violencia de género que existen en su país y en el resto del continente.
“La violencia sistematizada contra las mujeres ha sido una enfermedad más grande que la pandemia que estamos viviendo”, afirma. Al ser consultada por la gran repercusión que ha tenido el tema, indica que “más que el éxito de una canción yo lo veo como un grito desesperado de ayuda, que me hermana con muchísimas compañeras de Latinoamérica y que me hace saber que estamos pasando por lo mismo en todos lados (..) ‘Canción sin miedo’ es un regalo para todas las compañeras, para todas las mujeres. Es una canción que hicimos en colectivo, entre todas”.
Vivir, -cuyo nombre de pila es Vivir Quintana Rodríguez- dice estar “muy maravillada” con el alcance internacional del tema, pero por otro lado cuenta que “siento mucho dolor, porque me hace notar que este problema de los feminicidios y la violencia de género lo tenemos en toda Latinoamérica”.

¿Cuáles crees que son las principales dificultades con las que deben lidiar las mujeres en la industria musical?
Poder sentirnos poderosas y valiosas, porque hemos vivido en una sociedad donde se nos ha dicho que los hombres eran mejores para todo, en que las mujeres a lo más podíamos aspirar a ser fans de los artistas. Pero ahora no queremos ser fans, queremos ser partícipes del escenario. Las primeras dificultades son tomar nuestro poder para adaptarlo. Otra de las cosas super difíciles que hay dentro de la música es lidiar con el tipo de contenido que se nos permite a las mujeres cantar o tocar. Se nos enseña que solo tenemos que hablar de ciertos temas o aspirar a ciertas experiencias cuando tenemos la capacidad y el derecho de experimentar cualquier escenario, cualquier experiencia laboral.
Estamos tan permeadas de violencia dentro de la industria, que tenemos que ir a pasos más grandes que los compañeros varones. Nos cuesta muchísimo más posicionar nuestros nombres. Nos cuesta mucho más que podemos hacer música.

Vivir, quien ha lanzado un puñado de sencillos desde 2019, editó recientemente una versión con Mariachis de “Canción sin miedo”, en homenaje y para visibilizar el trabajo de las cantoras callejeras de este género, quienes, según explica “sufren violencia porque los hombres le dicen que no pueden tocar música ranchera porque no tienen la fuerza suficiente”. Además ha lanzado numerosas colaboraciones, siempre orientada a una música “de resistencia” y con contenido social.

Consultada por el desarrollo de su carrera durante la pandemia del Covid-19, dice haberse “enfrentado a una saturación de las redes sociales” y lamenta no poder realizar conciertos en directo y mantener un contacto cercano y real con el público.
“Siempre me ha gustado estar muy cerca de la gente, hace más de un año no he tocado, y estar lejos de ese público me rompe un poco el corazón. Me encanta platicar con ellos después de los conciertos, saber qué les pareció. Ellos son mi brújula. Solo tenerles en redes sociales me quebranta un poco el espíritu”, confiesa.
Pese a las dificultades que presenta la crisis sanitaria, Vivir cuenta que tiene en el horizonte numerosos lanzamientos, entre ellos la concreción de un proyecto en el que ha trabajado durante los últimos años: el lanzamiento de un álbum de estudio, titulado “Cosas que sorprenden a la audiencia”, y que será “un cancionero de corridos mexicanos, que son 10 historias de mujeres, compañeras que fueron privadas de libertad por haberse defendido de su agresor”.

“Proyecto este 2021 como una oportunidad para mostrar más música que hago, no solo de resistencia. También escribo de temas sociales y de amor, pero desde una óptica distinta, mucho más sana”, cierra.

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