Fueron más de 80 las artistas que participaron de la primera edición del Festival “Mujeres a la Patagonia”, el que se realizó del 31 de enero al 3 de febrero del presente años, en la localidad de Bariloche, Argentina. El encuentro reunió a artistas de música folclórica, de raíz y de fusión de Argentina y de otros puntos de la región, y además de las presentaciones tuvo charlas, talleres, caminatas y otras actividades.
Karol Zingali, gestora cultural y directora del encuentro, contó que la cita nació de un festival llamado Mujeres al Griego de la ciudad de Córdoba, que creó en 2013. “Se trató de la conformación de un espacio con una grilla 100% formada por artistas músicas mujeres de la escena emergente e independiente, cuando todavía no se había dado la explosión de la ola verde en Argentina”, dijo.
Pese a que realizar un “festival de estas características desde el interior de Argentina, suponía un desafío muy grande”, la convocatoria aumentó año a año, y en abril de 2018, luego de visitar la ciudad de Bariloche, se encontró con “varias mujeres gestoras, productoras y agitadoras” entre ellas Paola Vasquez y Fabiana Kaddour y también “músicas y artistas locales”. Fue así como nació Mujeres a la Patagonia.
-¿Cuáles son los criterios que usan para arma su parrilla? ¿Cómo definen qué artistas seleccionan y cuáles no?
– Básicamente el festival busca visibilizar y potenciar el trabajo de las artistas locales, ellas son las grandes anfitrionas y se seleccionan en esta primera instancia en mesa de programación, donde estudiamos el abanico de propuestas locales, y luego las convocamos. Además, buscamos que sean artistas que puedan comprometerse con los objetivos del festival, que tengan ganas de ponerle voz a las entrevistas, de contar sus experiencias, de convivir durante casi siete días, de ir a buscar a la otra y de olvidarse un poco de la competitividad que rodea la producción de la música comercial o de los grandes festival. Por ahora, el festival no realiza la selección de artistas por cantidad de tickets que corte o likes en Instagram”.
El festival cuenta con muchas actividades gratuitas, por lo que su financiamiento se concretó gracias al apoyo del Gobierno de Río Negro, el Programa de Fomento de las Músicas Iberoamericanas (Ibermúsicas) y al apoyo de fondos del Instituto Nacional de la Música de Argentina. “Eso sí, un 30% proviene del corte de tickets”, según detalló Zingali.
Para Karol, el haber ganado los fondos de Ibermúsicas ayudó a engrosar la parrilla del evento: “Eso nos permitió invitar algunas artistas que habíamos propuesto en el programa , como La Melaza —la primera cuerda de Candombe de Uruguay— , Quartabe, cuarteto de Jazz experimental de la actual vanguardia de Sao Paulo, y desde Chile la cantautora Camila Vaccaro”, contó.
-¿Cuáles fueron los principales desafíos que tuvieron que enfrentar para la realización del festival?
-Sin duda fue la compleja situación de Argentina con el tema del dólar y una crisis económica fluctuante, que complica la compra de vuelos no solo para la organización sino para el público en general que quiere viajar al festival. Y lo segundo, fue una emergencia sanitaria en un pueblito de la provincia vecina, que frenó un poco la afluencia de público y desató unos momentos de pánico amarillista, pero que finalmente no pasó a mayores.
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