MANIFIESTO DE AUTORES, ARTISTAS Y MÚSICOS BRASILEÑOS EN DEFENSA DE LA JUSTA REMUNERACIÓN POR SUS OBRAS MUSICALES EN INTERNET
Internet ha provocado, desde hace 15 años, un fuerte impacto en el consumo de músicas, grabaciones, películas, imágenes y textos protegidos por derechos de autor.
Las formas virtuales de utilización de dichos productos han revolucionado el mercado y la industria del ocio y de la cultura, permitiéndole a la gente el acceso a una infinidad de obras, muchas veces sin que sus autores ni siquiera lo sepan. Esta nueva realidad, que sin duda favorece a los consumidores, al concederles una enorme oferta artística por internet, también es benéfica para los creadores. Asimismo, es muy bienvenida, una vez que les ofrece a los autores oportunidades únicas de interacción con el público y amplía el mercado de composiciones, actuaciones y grabaciones.
En este contexto, en que la cantidad de obras y grabaciones utilizadas es incalculable, ¿qué ha pasado con los derechos de autores, artistas y músicos?
En el ambiente digital, los modelos de negocio que han surgido se presentan como grandes desafíos que ponen en riesgo la supervivencia de toda la cadena productiva. Para que un negocio sea bueno, hace falta que beneficie a todos los involucrados. Sin embargo, los creadores no vienen recibiendo los beneficios producidos por el uso de sus obras. Para allá de los aspectos culturales, la innovación y la creatividad son activos estratégicos e importantes, que necesitan ser preservados.
Por esta razón, autores, artistas y músicos, aliados a sus entidades representativas, se han movilizado en el mundo entero para informar al público, enseñarle la realidad y presionar a los gobiernos por el respeto a sus derechos. En un esfuerzo global de concientización y alerta, esos grupos piden que la utilización masiva de los contenidos no debilite la protección a los derechos de autor, reivindicando urgencia y responsabilidad a todos.
Empresas dominantes en el sector digital, como Google/YouTube, desarrollaron sus negocios a partir del almacenamiento de obras artísticas en sus plataformas. Dichas obras se han convertido en contenido protagonista del negocio y en la razón misma de su éxito comercial: la música es fundamental para las redes y para sus estrategias de crecimiento. Aún así, los gigantes del mercado vilipendian los derechos morales y patrimoniales de los autores, que no son identificados – como prevén las leyes – y, de la misma forma, no reciben una remuneración compatible con el volumen de transacciones comerciales realizadas a partir de sus obras.
En el mercado de música por internet, altamente competitivo, Google/YouTube es el actor que más ignora los derechos de los creadores, bajo el argumento de que, al ser una simple plataforma que ofrece contenidos publicados por terceros, no tiene responsabilidad sobre los mismos. Algunas veces, el gigante propone retribuciones parciales y de valores despreciables.
A los autores y artistas es reservado el derecho a negociar las condiciones más justas y transparentes de utilización de sus creaciones en internet. Es inadmisible que las plataformas digitales les quieran imponer un modelo de negocio que solo a ellas interesa, claramente desfavorable a quienes producen la materia prima, el contenido vital, que atrae a sus usuarios. En un modelo unilateral, estas empresas buscan dividir a los artistas, ofreciéndoles contratos en plan “tómalo o déjalo”.
Por eso, autores, artistas y titulares de derechos de autor brasileños se unen en este momento, resistiendo a cualquier iniciativa que busque poner en duda la legitimidad y la totalidad de sus derechos. Este es el momento en que las diferentes generaciones de la música brasileña, responsables por la construcción actual y futura de nuestra cultura, sumen sus fuerzas a fin de revertir una situación injusta e insensata, involucrándose en este movimiento.
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