“Vengo de una familia de músicos y de escritores, así que la poesía y la música siempre estuvo presente desde muy niño en el ambiente”, cuenta Maxi Suárez, músico , arreglista, productor y docente uruguayo, con más de 20 años de carrera.
Suárez, quien creció acompañado de su piano y compartiendo con cantautores -quienes frecuentaban su casa-, ha lanzado tres discos en solitario, el último titulado Amor Bizarro (2011). Un álbum “inspirado en el cine negro de la década del cuarenta y es un trabajo que me ha traído muchísimas satisfacciones”, y que fue acompañado por un gira promocional en todo Uruguay.
Actualmente, el cantautor se encuentra en plenas grabaciones de su cuarta placa, Naif, el que espera lanzar a mediados de este 2016.
”Es un disco complejo y estamos utilizando una metodología de trabajo diferente a la que usamos en los discos anteriores. Hay algunos instrumentistas que grabaron en Cuba, otros en Montevideo y en España, y va a estar mezclado y masterizado en Argentina, así que es un colectivo de amigos de varios países”, cuenta.
”A los artistas nos ha costado mucho ponerle precio a algo que amamos”
El cantautor hace hincapié en la importancia de que los autores valoren sus creaciones como un trabajo y no como un pasatiempo, para que su trabajo “sea valorado realmente por su comunidad”.
Hay una creencia popular que el arte no es un trabajo, o hasta que no nos cuesta trabajo. Por otro lado creo que también, culturalmente, las actividades asociadas al placer, al ocio, al divertimento o a la distracción de las personas, son difíciles de ser asociadas a una profesión del que las realiza”, comenta.
“Creo que también a los artistas nos ha costado mucho ponerle precio a algo que amamos, algo que -generalmente- consideramos de mucho valor y ahí está la paradoja en ponerle un número. Al verdadero artista -no al especulador económico- siempre le va resultar difícil separar lo que hace de lo que es”, añade.
– ¿En Uruguay cuentan con políticas para fomentar la creación y la propiedad intelectual?
- Sí, afortunadamente se están implementando políticas culturales para fomentar la creación y difusión de obras musicales desde el ámbito estatal como, por ejemplo, el Fondo Nacional de Música FONAM, los Fondos de Incentivo Cultural, los Fondo Concursable para la Cultura, del Ministerio de Educación y Cultura, el programa internacional Ibermúsicas, entre muchos otros.
También en el ámbito privado, como ser desde nuestra sociedad de gestión colectiva AGADU -Asociación General de Autores del Uruguay- se apoyan emprendimientos de socios autores para seguir fomentando proyectos culturales.
-¿Qué temas crees que hoy son necesarios de difundir o capacitar entre los autores y compositores para fortalecer su trabajo?
-Más allá de la formación técnica en cada área, me parece que es interesante estar abierto a la evolución tecnológica.
Estamos viviendo un cambio en la forma de hacer las cosas. Hay un cambio de “paradigma”, hay que estar atento a las nuevas y cada vez más plataformas digitales, sin que por ello exista una desprotección en cuanto a nuestros derechos como autores. Me parece que es fundamental la información y la formación en este tipo de sistemas que, a mi manera de ver, son totalmente complementarios al resto de los procedimientos con los que veníamos trabajando hasta ahora.
Complementando esto, me parece fundamental la formación en derechos de autor. Me parece que también es una forma de valorar y valorizar el trabajo de la creación.
Maxi Suárez: “Hay una creencia popular que el arte no es un trabajo”
