Por GERALDO VIANNA, autor y compositor de Brasil.
Después de un largo período de indecisión en la industria, estamos viviendo una nueva era en la forma de comercialización de contenido musical, trayendo mucho ánimo y entusiasmo a la industria de la música y la apertura de nuevas perspectivas para los autores, compositores y productores musicales.
Ya podemos notar un “calentamiento” en el comercio mundial y en Brasil, un país con un gran potencial de mercado, donde ya se puede apreciar un considerable crecimiento en las ventas de música digital y streaming, en su mayoría. La incertidumbre temida de un soporte físico que sirve para promover las nuevas tendencias y propuestas artísticas, de entretenimiento o de carácter cultural, dio su lugar a la creatividad, la búsqueda de nuevas alternativas de distribución, comercialización y promoción del arte musical. Todo esto nos ha llevado a ejercer la creatividad y la ética en la comercialización, con nuevos modelos de negocios y el uso con responsabilidad, de productos y contenidos desarrollados con gran inversión intelectual y financiera. En este punto llegamos a los autores y compositores.
Creyendo en la posibilidad de mejores tiempos, hace unos años hay un movimiento, en todo el mundo, liderado por alianzas de autores y compositores, con el propósito de discutir problemas comunes, la cooperación entre los países en cuestiones jurídicas relativas a los derechos de autor y el levantamiento de datos reales de la Industria, la búsqueda de alternativas a las mejoras en los contratos y los montos operados en la actualidad. Estas alianzas actúan todavía en formación básica, la conciencia y la organización profesional de los autores y compositores, con las sociedades de gestión colectiva y obtuvieron en los últimos tiempos grandes resultados.
Hace dos años en Nashville, fue presentado en una reunión del CIAM (Consejo Internacional de Autores de Música), un estudio titulado Fair Trade Music*, desarrollado por el economista y profesor Pierre-É. Lalonde. En él, el autor analiza en detalle la realidad económica en la era de streaming y señala las dudas sobre los valores y las transferencias de la industria para los autores, compositores y editores. En medio de diversas hipótesis y propuestas, hay un consenso entre los representantes de todo el mundo. Tal vez una certeza: que sólo podemos crear una buena perspectiva sobre el mundo del negocio de la música, si hay un pacto ético comercial entre las partes. De los creadores, editores, productores, artistas y la industria, que se extienden a los proveedores. Donde se puede cumplir con las normas existentes y acordados y priorice la calidad y la honestidad de la gestión, asociado y gestionado basado en el aumento de la capacidad de absorción de todo el material artístico a disposición del público por medio de los proveedores de contenidos.
Una búsqueda de la comprensión de las formas de administración, respetando los derechos y el cumplimiento de los deberes. La mejora de los contratos en la búsqueda de un pago justo a través de una sana convivencia. Donde cada uno puede sentarse a la mesa de negociaciones, exponer sus problemas y discutir formas de solución.
Como resultado de la evolución que vivimos en esta nueva era de la economía de la música, con grandes variaciones en el mercado mundial, tendremos que responder a la pregunta que persiste y que durante muchos años será el tema del trabajo duro y las negociaciones: Cuál es la fórmula que permitirá una buena gestión económica que satisfaga a todas las partes, manteniendo la llama de la creatividad en todos los sectores?
La respuesta vendrá con el trabajo, el sentido común, el respeto y las buenas asociaciones.
Geraldo Vianna es un guitarrista, compositor, arreglista y productor. Actualmente es Director Secretario de la Unión Brasileña de Compositores (UBC).
* Traducción al portugués hecha por la UBC.